Cuando las miradas cómplices cesan y de pronto se convierten en miradas de indiferencia,
cuando extrañas los abrazos que de pronto cesaron , cuando te ves mendigando los besos los afectos.
Quieres dar otra oportunidad y es entonces cuando ya lo que te importa es no perder tu dignidad.
Cuantos abrazos y besos mendigados cuantos afectos demandados, y te descubres preguntándote en que te has equivocado.
Llegan tus reproches y te lamentas con todo lo que has entregado.
el vacío te invade y te inunda el sollozo ahogado de no sentirse querida,
Te invade un vacío que te va apagando como la luz de una vela al ser consumida,
Ese llanto que no cesa una heridas que queda dentro muy dentro. duele el desamor duele
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